TEMA 5
LA
AUTORREGULACIÓN DEL APRENDIZAJE ESCOLAR
Según
los materiales que se nos presentan en el tema 5, es importante destacar que el
estudio de la autorregulación constituye una vía de profundo interés en el
acercamiento a aquellos procesos que encierran un grado mayor de generalidad,
que se traducen en importantes competencias para el desempeño de la persona que
aprende y que no solo es una expresión de un desarrollo personal, sino del
dominio de un conjunto integrado de recursos para conocer y actuar, en síntesis
para aprender con calidad.
La
autorregulación constituye un proceso fruto de la interacción social y que
requiere condiciones e influencias favorables para su formación. Es muy
importante que sea enseñando o estimulado desde los periodos tempranos de
crecimiento del individuo.
El
proceso de autorregulación se define como “el conjunto de mecanismos aprendidos
durante toda la vida que permiten dirigir de forma constante y continuada la
conducta propia”. Aprendemos a autorregularnos a lo largo de nuestra vida, por
medio de la práctica continuada, del esfuerzo, de la inversión de tiempo y de
la rectificación de errores. El camino más corto y eficaz para dirigir nuestro
comportamiento pasa por la enseñanza de la autoobservación,
la autoevaluación y el autorrefuerzo.
La
escuela es una de las esferas donde debemos trabajar con los alumnos la
autorregulación, pero… ¿trabajan los profesores esa autorregulación? ¿Cómo
aprendemos a autorregularnos? Personalmente, pienso que no es en la escuela
donde nos enseñan a autorregularnos, ya que en la actualidad existen muy pocos
profesores que se centran en este aspecto tan importante, los profesores se
ciñen más a entrar en clase, explicar la lección, responder a cuestiones y a
cambiar de clase cuando una se termina, sí que es cierto que estos aspectos son
de mucha importancia para los alumnos pero hay algo más, para ser profesor
además se necesitan otras capacidades como son la observación y la reflexión.
Enseñar
a autoobservarse es el primer paso
para conseguir una autodirección personal en los alumnos, el profesor puede
ayudar a contribuir a desarrollar esa habilidad, para ello se han elaborado
varios métodos y todos insisten en el papel predominante del profesor y en la
insuficiencia del recurso a las instrucciones verbales para su implantación y
mejora. Para desarrollar esta habilidad el profesor puede proponerse como
modelo para practicar la acción de sus propios actos, por lo que los alumnos al
ver al profesor utilizar esas estrategias para mejorar su práctica como
docente, es muy probable que sus alumnos se sientan más animados a ponerla en práctica
para mejorar ellos también sus habilidades para estudiar. El ejercicio implícito
y explicito de la autoobservación por el profesor puede servir de guía para la
acción similar de los alumnos.
El
segundo paso para aprender a autoregularse es la autoevaluación, la cual consiste en la emisión de un juicio sobre
la propia actuación, que sirve de guía a los comportamientos posteriores. En
esta fase de la autorregulación la intervención del profesor es muy
enriquecedora, ya que su contribución a la a la clarificación de objetivos, al
análisis del comportamiento en contraste con ellos y al establecimiento de
metas próximas y lejanas puede ser inestimable.
Los
criterios para evaluarnos se crean también por instrucción directa y por
comparaciones de referencia, estas proporcionan información para evaluar la
propia conducta, cuando nos evaluamos nos comparamos con nuestra conducta
anterior, se suele creer que este ejercicio autocomparativo engendra menores
decepciones e insatisfacciones que el contraste de carácter social con el
rendimiento de otras personas. Personalmente pienso que es mejor evaluarnos
centrándonos en nuestras actuaciones anteriores y no compararnos con las
personas que nos rodean.
El
último paso que es importante seguir para conseguir llegar a autoregularnos es
el autorrefuerzo. Hay muchos alumnos
que no ven una recompensa inmediata cuando están estudiando, muchos ven en casa
como sus padres cobran a final del mes pero ellos no se ven en su trabajo una recompensa a
corto plazo, para trabajar con estos alumnos se hacen necesarios incentivos a
corto plazo con el fin de potenciar el poder motivador de ese beneficio futuro
anticipado cognitivamente (por ejemplo, el llegar a tener una carrera para
luego tener un buen puesto de trabajo).
Muchos
profesores creen que las correctas ejecuciones de los alumnos no deben
recompensarse, pues, en el fondo, no han hecho sino lo que tenían que hacer, es
decir estudiar o responder con acierto a una cuestión planteada. Personalmente
difiero en estas acciones de los profesores, ya que recompensar al alumno
cuando realiza algo bien es muy positivo y enriquecedor para él, ya que así se
encontrara más motivado para seguir adelante.
El
autorrefuerzo puede concretarse en incentivos materiales autoproducidos y en
motivadores autoevaluativos, ambos son imprescindible para ganar motivación y
esfuerzo. Es esencial enseñar al alumno a automotivarse, según Bandura “uno de
los factores que diferencia a las personas ue sonsiguen reglar su conducta por
si solas de las que no la consiguen es la utilización eficaz de los
autoincentivos”.
Aunque
cada componente de la autorregulación es útil aisladamente, es imprescindible
que estos tres pasos se den y se siguán sucesivamente para aprender a
autorregularnos. Los alumnos y en general todas las personas tenemos que saber
aplicar cada paso, no caernos y ser capaz de levantarnos y modificar el
comportamiento que en ese momento se nos está planteando.
Con
respecto a todo lo dicho anteriormente hay algo que se encuentra muy unido y
relacionado, hablamos del aprendizaje cooperativo,
es un enfoque que trata de organizar las actividades dentro del aula para
convertirlas en una experiencia social y académica de aprendizaje. Los
estudiantes trabajan en grupo para realizar las tareas de manera colectiva. En
la cooperación subyacen las ideas de solidaridad, de conjunción de esfuerzos y
de acuerdo e interdependencia entre las personas.
Existen
numerosas técnicas de aprendizaje cooperativo, en los materiales se explican
algunas como son los Rompecabezas,
Equipo Asistido de Individualización y la Cooperación Guiada.
Las
técnicas aumentan su eficacia cuando quien pretende utilizarlas las ha
practicado personalmente y cuando reciben un amplio apoyo social por parte del
resto de compañeros docentes. Aprender a trabajar juntos resulta más atrayente
si los alumnos perciben que los profesores, con su propia conducta, valoran y
ejercitan aquello que enseñan. No obstante, el profesor ha de cuidar de que
estos elementos de carácter psicosocial estén siempre presentes en el trabajo
cooperativo: buen funcionamiento interpersonal en grupo, interacción cara a
cara entre los miembros, responsabilidad individual para aumentar la comprensión
e interdependencia positiva a través de objetivos comunes, de la división de
materiales, los recursos y la información y de la asignación de roles.
De
ahí que no se aprenda a trabajar cooperativamente en un día. El tiempo, el
entrenamiento adecuado en las habilidades básicas requeridas y la corrección
permanente del proceso de aprender a cooperar son los ingredientes críticos de
la enseñanza de la cooperación.
En
conclusión, pienso que en la actualidad no se aplica demasiado el aprendizaje cooperativo
en si en las aulas, así como tampoco los profesores se centran en que sus alumnos
aprendan a autorregularse, estos son dos aspectos de mucha importancia tanto para
los alumnos como para los profesores, se ha comprobado y se sigue comprobando que
tanto la aurregulacion como el aprendizaje cooperativo mejoran las capacidades,
las habilidades personales y los resultados académicos de los alumnos, por lo que
es conveniente promover en los centros educativos que esto se lleve a cabo y concienciar
mas a los docentes que esto será más positivo para sus alumno, es importante que
ellos pongan de su parte y se impliquen para que el cambio se produzca.
Tanto
el aprendizaje cooperativo como la autorregulación son imprescindibles y deben ser
puesto en marcha desde edades muy tempranas, ya que mientras antes se aprendan las
estrategias mejor se sentirá el alumno y mejor se enfrentara a las dificultades
que se les plantean a lo largo de su vida personal y academica.
Realizado por: Ana Rivera Serrano